Pronto partiré de nuevo a las montañas, esta vez por una larga temporada.
Como suele suceder, cuando se viaja a un lugar de primera vez, se llevan más cosas
de las que se pueden necesitar y se necesitan otras que no siempre se suelen llevar. Esta vez preparo lo imprescindible, entre ellas
un buen lente y esas migas de pan…
Casi siempre llevo un trozo de mi habitación entre el mundo de objetos e intimidad que ahora considero mi “casa”, ese espacio donde todo se desparrama incluyendo los deseos.
Taran
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