sábado, 28 de noviembre de 2009

... en el laberinto...

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que cosas hacen que construyas algo nuevo... una canción, una poesía, un colguije, un vínculo, una habitación...

que cosas pasan, o se acumulan, hablando de lo que la gente va guardando (o transformando) que se traduce en una palabra o una frase, en un parráfo completo, en una serie de ellos, en páginas repletas, en cuadernos de notas, en anuncios oportunos y agetreadas publicaciones... y entonces la línea deja de ser un simple y solitario garabato y se convierte en una atrayente imagen... de no sé donde, de no sé que lugar, de no sé que tiempo, en no sé que espacio... cubierto de no sé aromas y no sé que aqui/s... como esos a los que la gente gusta de llamar recuerdos...

como hace la gente para construir algo llamado "nuevo"... sin dejar de ser parte de lo que de porsi ya se había empezado...

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"Amar es morir y revivir y remorir, es la vivacidad..." O. Paz

miércoles, 18 de noviembre de 2009

De orden y limpieza...

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Rayos !!!! Acomodar correos, limpiar telarañas, sacudir el polvo, y remover las aguas, es tan laborioso...

A veces se guardan cosas que con el tiempo son tan innecesarias y empiezan, sin darte cuenta cómo, a ocupar un buen tramo de espacio o espacios, en diversos sentidos... Es curioso cómo las personas tendemos a acumular...

ja, y guardas el singular moño del chico con el que bailaste en sexto año, o las cartitas de secundaria, la postal de una mejor amiga que has dejado de ver ya por más de 10 años, los apuntes que en algún momento eran el acordeón y que ahora solo son palabras-clave sin mucho sentido, la famosa muñeca de porcelana que te regalaron, la colección de postales, la otra colección de tarjetas telefónicas con portadas de pinturas famosas, los periódicos viejos con noticias importantes, los regalos de fin de año que ni siquiera usas, como el suéter en diversos colores pastel, ja… horror... Eso, guardar la ropa que ya no usas, o que esperabas usar en alguna ocasión...

La colección de herramientas, los clavos, los metales, los aparatos viejos, los zapatos rotos, las famosas chacharas que encuentras en los "tianguis de viejo..."

Para unas amistades su dicho es que a los 52, o te mueres o te renuevas... Yo no tengo 52, pero no esperaré a tenerlos... limpiar, tirar, sacudir el polvo, acomodar recuerdos, despojarse de otros, aligerar el camino…

Hoy trate de limpiar mi correo, que laborioso, lo único que pude hacer simplemente fue clasificarlos... hay cosas de hace tanto, tanto tiempo que apenas reconozco... Me da gusto saber que no guardo los mismos pensamientos... y que ahora las cosas se vuelven un poco más simples... ja, es extraño que las cosas empiecen a tener vida propia...


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mientras limpiaba estaba escuchando esta canción, que además me pone contenta...

domingo, 8 de noviembre de 2009

Hay días...

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Cuando parece que nada sucede, que las cosas y las casas, y la gente pasan inertes, cuando se impregna el olvido, y sin embargo, los recuerdos abundan... entonces la realidad se vuelve más que una escasa mirada...






Hay días en que las puertas parecen
envueltas en una impaciente soledad.
En que olvidamos que tras ellas
no está todo lo que hemos querido.
En que la abrimos sin que importe
qué mañanas o noches nos esperan,
qué olor a día y a humano desprenderán las calles.
Muy a lo lejos nos parece que tocan,
desde la lejana habitación en que una persona quizás espera.
Y al abrir nos sentimos dueños de un secreto vigor,
de un diáfano peligro.
Escuchamos que en las ciudades los empleos terminan,
que en su palpitación los cuerpos quisieran un instante para ellos,
una oportunidad de ser lo que no han sido.
Las calles avanzan ante nosotros,
que inmóviles nos resistimos.
Y continuamos en la puerta, detenidos,
como si así permaneciera
la levísima opción del arrepentimiento,
haber seguido a solas frente a una taza de café ya frío,
o asomados para decir que hemos de nacer,
decirnos que hemos de renacer,
que estamos, como si protegiésemos
fiel, pacientemente a un olvidado destino,
decirnos que estamos, aunque acaso ya nadie lo comprenda,
en la puerta donde debemos estar.

Carlos Montemayor
Hay días en que...