martes, 31 de julio de 2012

miércoles, 18 de julio de 2012

18 julio, 2012

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Mostrar la cara bonita, la máscara de rostro amable... lo cansado que es, entonces una aprende a mirarse en todos sus estados, como una persona completa (Josefa)...

"Ser entera: donde nada se exagera o excluye. Ser toda en cada cosa. Ponerle cuanto sé es en lo mínimo que se haga (pessoa)..."



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La Ciudad...



Los Pueblos...



La Costa...



La Montaña...

lunes, 16 de julio de 2012

La Soledad y la Desolación

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Nos han enseñado a tener miedo a la libertad; miedo a tomar decisiones, miedo a la soledad. El miedo a la soledad es un gran impedimento en la construcción de la autonomía, porque desde muy pequeñas y toda la vida se nos ha formado en el sentimiento de orfandad; porque se nos ha hecho profundamente dependientes de los demás y se nos ha hecho sentir que la soledad es negativa, alrededor de la cual hay toda clase de mitos. Esta construcción se refuerza con expresiones como las siguientes “¿Te vas a quedar solita?”, “¿Por qué tan solitas muchachas?”, hasta cuando vamos muchas mujeres juntas.

La construcción de la relación entre los géneros tiene muchas implicaciones y una de ellas es que las mujeres no estamos hechas para estar solas de los hombres, sino que el sosiego de las mujeres depende de la presencia de los hombres, aún cuando sea como recuerdo.

Esa capacidad construida en las mujeres de crearnos fetiches, guardando recuerdos materiales de los hombres para no sentirnos solas, es parte de lo que tiene que desmontarse. Una clave para hacer este proceso es diferenciar entre soledad y desolación. Estar desoladas es el resultado de sentir una pérdida irreparable. Y en el caso de muchas mujeres, la desolación sobreviene cada vez que nos quedamos solas, cuando alguien no llegó, o cuando llegó más tarde. Podemos sentir la desolación a cada instante.

Otro componente de la desolación y que es parte de la cultura de género de las mujeres es la educación fantástica par la esperanza. A la desolación la acompaña la esperanza: la esperanza de encontrar a alguien que nos quite el sentimiento de desolación.

La soledad puede definirse como el tiempo, el espacio, el estado donde no hay otros que actúan como intermediarios con nosotras mismas. La soledad es un espacio necesario para ejercer los derechos autónomos de la persona y para tener experiencias en las que no participan de manera directa otras personas.

Para enfrentar el miedo a la soledad tenemos que reparar la desolación en las mujeres y la única reparación posible es poner nuestro yo en el centro y convertir la soledad en un estado de bienestar de la persona.

Para construir la autonomía necesitamos soledad y requerimos eliminar en la práctica concreta, los múltiples mecanismos que tenemos las mujeres para no estar solas. Demanda mucha disciplina no salir corriendo a ver a la amiga en el momento que nos quedamos solas. La necesidad de contacto personal en estado de dependencia vital es una necesidad de apego. En el caso de las mujeres, para establecer una conexión de fusión con los otros, necesitamos entrar en contacto real, material, simbólico, visual, auditivo o de cualquier otro tipo.

La autonomía pasa por cortar esos cordones umbilicales y para lograrlo se requiere desarrollar la disciplina de no levantar el teléfono cuando se tiene angustia, miedo o una gran alegría porque no se sabe qué hacer con esos sentimientos, porque nos han enseñado que vivir la alegría es contársela a alguien, antes que gozarla. Para las mujeres, el placer existe sólo cuando es compartido porque el yo no legitima la experiencia; porque el yo no existe.

Es por todo esto que necesitamos hacer un conjunto de cambios prácticos en la vida cotidiana. Construimos autonomía cuando dejamos de mantener vínculos de fusión con los otros; cuando la soledad es ese espacio donde pueden pasarnos cosas tan interesantes que nos ponen a pensar. Pensar en soledad es una actividad intelectual distinta que pensar frente a otros.

Uno de los procesos más interesantes del pensamiento es hacer conexiones; conectar lo fragmentario y esto no es posible hacerlo si no es en soledad.

Otra cosa que se hace en soledad y que funda la modernidad, es dudar. Cuando pensamos frente a los otros el pensamiento está comprometido con la defensa de nuestras ideas, cuando lo hacemos en soledad, podemos dudar.

Si no dudamos no podemos ser autónomas porque lo que tenemos es pensamiento dogmático. Para ser autónomas necesitamos desarrollar pensamiento crítico, abierto, flexible, en movimiento, que no aspira a construir verdades y esto significa hacer una revolución intelectual en las mujeres.

No hay autonomía sin revolucionar la manera de pensar y el contenido de los pensamientos. Si nos quedamos solas únicamente para pensar en los otros, haremos lo que sabemos hacer muy bien: evocar, rememorar, entrar en estados de nostalgia. El gran cineasta soviético Andrei Tarkovski, en su película “Nostalgia” habla del dolor de lo perdido, de lo pasado, aquello que ya no se tiene.

Las mujeres somos expertas en nostalgia y como parte de la cultura romántica se vuelve un atributo del género de las mujeres.

El recordar es una experiencia de la vida, el problema es cuando en soledad usamos ese espacio para traer a los otros a nuestro presente, a nuestro centro, nostálgicamente. Se trata entonces de hacer de la soledad un espacio de desarrollo del pensamiento propio, de la afectividad, del erotismo y sexualidad propias.

En la subjetividad de las mujeres, la omnipotencia, la impotencia y el miedo actúan como diques que impiden desarrollar la autonomía, subjetiva y prácticamente.

La autonomía requiere convertir la soledad en un estado placentero, de goce, de creatividad, con posiblidad de pensamiento, de duda, de meditación, de reflexión. Se trata de hacer de la soledad un espacio donde es posible romper el diálogo subjetivo interior con los otros y en el que realizamos fantasías de autonomía, de protagonismo pero de una gran dependencia y donde se dice todo lo que no se hace en la realidad, porque es un diálogo discursivo.

Necesitamos romper ese diálogo interior porque se vuelve sustitutivo de la acción ; porque es una fuga donde no hay realización vicaria de la persona porque lo que hace en la fantasía no lo hace en la práctica, y la persona queda contenta pensando que ya resolvió todo, pero no tiene los recursos reales, ni los desarrolla para salir de la vida subjetiva intrapsíquica al mundo de las relaciones sociales, que es donde se vive la autonomía.

Tenemos que deshacer el monólogo interior. Tenemos que dejar de funcionar con fantasías del tipo: “le digo, me dice, le hago”. Se trata más bien de pensar “aquí estoy, qué pienso, qué quiero, hacia dónde, cómo, cuándo y por qué” que son preguntas vitales de la existencia.

La soledad es un recurso metodológico imprescindible para construir la autonomía. Sin soledad no sólo nos quedaremos en la precocidad sino que no desarrollamos las habilidades del yo. La soledad puede ser vivida como metodología, como proceso de vida. Tener momentos temporales de soledad en la vida cotidiana, momentos de aislamiento en relación con otras personas es fundamental. y se requiere disciplina para aislarse sistemáticamente en un proceso de búsqueda del estado de soledad.

Mirada como un estado del ser –la soledad ontológica– la soledad es un hecho presente en nuestra vida desde que nacemos. En el hecho de nacer hay un proceso de autonomía que al mismo tiempo, de inmediato se constituye en un proceso de dependencia. Es posible comprender entonces, que la construcción de género en la mujeres anula algo que al nacer es parte del proceso de vivir.

Al crecer en dependencia, por ese proceso de orfandad que se construye en las mujeres, se nos crea una necesidad irremediable de apego a los otros.

El trato social en la vida cotidiana de las mujeres está construido para impedir la soledad. El trato que ideológicamente se da a la soledad y la construcción de género anulan la experiencia positiva de la soledad como parte de la experiencia humana de las mujeres. Convertirnos en sujetas significa asumir que de veras estamos solas: solas en la vida, solas en la existencia. Y asumir esto significa dejar de exigir a los demás que sean nuestros acompañantes en la existencia; dejar de conminar a los demás para que estén y vivan con nosotras.

Una demanda típicamente femenina es que nos “acompañen” pero es un pedido de acompañamiento de alguien que es débil, infantil, carenciada, incapaz de asumir su soledad. En la construcción de la autonomía se trata de reconocer que estamos solas y de construir la separación y distancia entre el yo y los otros.

Marcela Lagarde

domingo, 15 de julio de 2012

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Últimamente mis pensamientos estan repletos de montañas y palmeras...
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domingo, 8 de julio de 2012

Los famosos 198... del boicot y la desobediencia..

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Y en estas elecciones...

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Ponga el voto en su lugar
Por Juan Villoro

En México hay tres clases de basura: orgánica, inorgánica y electoral. El voto que depositamos en las urnas parece seguir un peculiar rumbo de desecho.

El pasado 1o. de julio salía de la casilla cuando se acercó el vendedor de periódicos de la esquina. "¡Otra vez me voy a quedar sin votar! No hay casillas especiales", su tono combinaba la desesperación con la impotencia. Un observador del IFE le informó que la casilla especial más cercana estaba a unos 20 minutos en coche, en avenida Aztecas, junto al almacén Soriana. "Apúrese que se acaban las boletas", agregó. Eran las 12 del día.

El diálogo resume una elección enviciada. La escasez de casillas especiales impidió que mucha gente votara. La mención de Soriana alude a otra parte del drama: en varios municipios el PRI compró el voto a cambio de 100 pesos de monedero electrónico en esa tienda. El lunes 2 de julio se vaciaron los anaqueles del Soriana de calzada Ignacio Zaragoza. Esas repisas sin nada son una metáfora del delito electoral.

A las 11 de la noche, una amiga que era secretaria de casilla en la colonia Condesa habló para decir que seguía ahí porque encontraron 12 votos más de los registrados en el padrón. Cuando Leonardo Valdés apareció en televisión (media hora antes de lo previsto, tiempo clave cuando se valoran miles de datos) ella continuaba en la casilla. El Consejero Presidente del IFE no justificó su precipitación para dar resultados mientras los votos se seguían contando. Tampoco aclaró que las 7,500 casillas que se tomaron en cuenta eran una muestra y no representaban el conteo final.

Josefina Vázquez Mota rompió récord de velocidad para aceptar su derrota. El PAN, el IFE y el presidente Calderón estaban dominados por la prisa. De acuerdo con Martín Luis Guzmán, el verbo que conjuga la política mexicana es "madrugar". Eso explica las urgencias del domingo. La realidad era decidida antes de ocurrir.

En 1988 Manuel Bartlett (incomprensible candidato al Senado por el PRD) anunció la "caída del sistema" en beneficio de Carlos Salinas de Gortari. Hoy en día un fraude cibernético de ese calibre es imposible. La suciedad de la elección se mide de otro modo. Durante meses, el PRI ofreció despensas, materiales de construcción y pago directo a cambio de votar por Enrique Peña Nieto. La red está llena de evidencias al respecto, incluyendo la filmación de un operativo de compra de voto en una casilla en Villagrán, Guanajuato.

En dos colonias de Monterrey (Paso del Águila y Lomas Modelo) se robaron urnas a mano armada. Cuatro personas fueron arrestadas en Jalisco por tener boletas en su poder. En Playa del Carmen, Quintana Roo, la falta de casillas especiales llevó a una protesta de 800 ciudadanos; la respuesta de la autoridad fue arrestar a uno de los inconformes, procedente de Monterrey. En Taxco, Guerrero, el PRI instaló cincuenta casas "amigas" para ofrecer regalos a cambio del voto. Los testimonios se multiplican...

José Krafft siguió la jornada en una casilla de la colonia Cuauhtémoc, cerca de la Embajada de Estados Unidos. En Facebook reportó lo siguiente: "Increíblemente, en pleno Siglo XXI-2a década, ahí estaban los mapaches, con corte de soldados a la brush, corbatas y trajecitos de terlenka, o con porte casual con gorritas y pins del Partido Verde, en autos con placas del Estado de México, intimidando y tomando fotos y video como policías chinos a los que los detectábamos desde la casilla electoral, hablando en radios de corta frecuencia y haciendo grupitos en las dos esquinas de la calle...".

Las denuncias rebasan el territorio nacional. Más de 50 mil mexicanos se anotaron para votar en el extranjero pero faltaron boletas. En cambio, sobraron en otros rumbos y algunas fueron encontradas por el FBI en Estados Unidos.

Al día siguiente de las elecciones, un empresario griego que vive en Cozumel me comentó: "¿Cómo es posible que siempre ganen los peores? En Cozumel el PRI ya se robó todo. Para seguir robando le han puesto tenencia... ¡a las bicicletas! A mis empleados les dieron a escoger entre botes de pintura o un tinaco para votar por el PRI. Grecia está muy mal. La culpa es de los turcos, que nos dominaron 300 años. ¿De quién es la culpa de que ustedes estén así?".

La mayoría de las irregularidades apuntan al PRI y el Trife debe actuar en consecuencia. De acuerdo con Alianza Cívica, el 28.4% de los votantes estuvieron expuestos a la compra o la coacción del voto.

Por el momento, tenemos dos representaciones opuestas de la realidad: las redes sociales informan de un país corrupto, incapaz de votar en libertad, y la televisión comercial celebra el éxito de una "jornada ejemplar". En esta esquizofrenia nos preguntamos adónde va a dar el voto.

Sólo si la elección se limpia y se investigan los copiosos delitos electorales sabremos que nuestra voluntad no fue a dar a la basura.





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