"Mi familia siempre se
estaba mudando. Al menos, desde que tengo memoria. No obstante quiero aclarar
que las mudanzas no se debían a desalojos por falta de pago, sino a otros
motivos, quizás más absurdos pero menos vergonzantes. Confieso que para mí ese
renovado trajín de abrir y cerrar cajones, baúles, grandes cajas, maletas,
significaba una diversión. Todo volvía a
acomodarse en los armarios, en los estantes, en los placards, en las gavetas,
aunque buena parte de las cosas (no siempre las mismas) permanecían en los
cofres y baúles. La nueva casa (nunca éramos propietarios sino inquilinos)
adquiría en unos pocos días el aspecto de morada casi definiva, o por lo menos
un albergue estable, y pienso que eso era lo que mis padres sinceramente
creían..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario