jueves, 25 de marzo de 2010

EnTre PrEcIsIóN y AgUa (o de más claro ni...)

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Hoy me di cuenta de algo.. si, ya sé, parece tan trillado, pero a veces la cultura junto con sus hartos convencionalismos pueden más que una ruda, sentida y honesta verdad...

Sucede que hoy inesperadamente casi como un fantasma apareció un mensaje en mi pantalla, me invitaban a comer... alguien que, sin más desde una voz como del más allá, sonaba en mis oidos. Casi como una orden me decia "sal en 5 minutos estoy alli..." recordé, como si el cuerpo tuviera memoria propia, aquellas sensaciones que me provocaba la tosquedad que su presencia acostumbraba caracterizarle.. y la forma en que ello se conjugaba con mi salvajismo existencial.

respondí casi por inercia... el tiempo pasa en nuestras mentes y relojes, pero el tiempo vivencias anda con su propia marcha... no pude decir que NO, sin embargo, me di cuenta que habia dejado de ser un Si palpitante... como la sangre y sus circuitos todos ellos desperdigados por mi atestado cuerpo...

quise decir NO, sin embargo fue más sencillo decir "tengo harto trabajo".. incluso pense en como me veía el dia de hoy, me dije hoy no estoy presentable, retorne... solo acerte a decir, hay varios reportes a entregar...

me di cuenta que aun con tantas cosas de por medio, no pude decir un CLARO, y rotundo NO...

No, ya no tenía ganas... era como mirarse en un espejo roto, aunque pegado ya no reflejaria la misma imagen, sino la fragmentación de esta...

entonces recordé, muchas veces aprendemos el NO como una orden, como algo que viene de lejos, como un castigo, sin embargo, el No es algo propio, un limite, una frontera... una claridad y una consistencia... lo que asumimos. Sucede que casi siempre el No parte, más allá de la propia afirmación, de la insistente restricción social.

***


No es no
y hay una sola manera de decirlo:
No.
Sin admiración ni interrogantes, ni
puntos suspensivos.
No, se dice de una sola manera.
Es corto, rápido, monocorde, sobrio
y escueto.
No. Se dice una sola vez,
No.
Con la misma entonación,
No.
Como un disco rayado,
No.
Un No que necesita de una larga
caminata o una reflexión en el jardín no
es No.
Un No que necesita de explicaciones
y justificaciones, no es NO.
No, tiene la brevedad de un segundo.
Es un No para el otro porque ya lo
fue para una misma.
No es No, aquí y muy lejos de aquí.
No, no deja puertas abiertas ni
entrampa con esperanzas, ni puede
dejar de ser No, aunque el otro y el mundo
se pongan patas arriba.
No, es el último acto de dignidad.
No, es el fin de un libro, sin más
capitulos ni segundas partes.
No, no se dice por carta, ni se dice con
silencios, ni en voz baja, ni gritando.
ni con la cabeza gacha, ni mirando hacia
otro lado, ni con simbolos revueltos, ni
con pena; y menos aun con satisfacción.
No es No porque no.
Cuando el No es No, se mirá a los ojos
y el No se descolgará naturalmente
de los labios.
La voz del No no es trémula, ni vacilante
ni agresiva y no deja duda alguna.
Ese No, no es una negación del pasado: es
una correción del futuro.

Y solo quien sabe decir No puede decir
Si.

Ararú

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