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Inicio la mañana con este pensamiento... las emociones, aquellas cosas extrañas y cotidianas que en algun momento has llegado tan intensamente a sentir tienen memoria, si ya se que eso es muy conocido, hay tantas cosas conocidas por muchos de antemano, solo que conocerlas y vivenciarlas son dos situaciones muy distintas... la cosa es que en ocasiones se activan de la forma más simple e inesperada... un aroma, una canción, una fecha... y entonces el conchón hundido, la piel tostada, la lluvia sobre el pavimento, el andar de un caracol... no, no es que las cosas se reanuden, aunque a veces pasa... solo que rondan los fantasmas, lo que fue... y lo que ya más no será...
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bueno y para la memoria de la emoción de está mañana, lo Fatal de buen Rubén Darío...
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
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